Por muy diferentes que sean los dos amigos en su arte y métodos de trabajo, les une su pasión por la pintura. Desde hace diez años acuden regularmente a su «taller de pintura», como llaman a su estudio. Con la máxima concentración y normalmente sin hablar mucho, se sientan frente a sus caballetes y crean sus obras de arte. Al hacerlo, se dejan llevar totalmente por su estado de ánimo, ya que no están comprometidos ni con el comercio ni con la fama. Es su pasión, con la que se han propuesto una tarea y una meta en la jubilación. Toni tiene 74 años, Juan 84. Ambos crecieron en el mismo barrio de Manacor y se conocen desde su infancia. Pero sólo se hicieron amigos cuando se conocieron hace doce años en un curso de pintura.
Toda su vida estaba llena de trabajo y no había tiempo para el ocio artístico. Juan trabajaba en el negocio de carpintería de sus padres, un taller con 30 empleados. «Teníamos mucho trabajo, éramos casi los primeros exportadores de muebles en España». La vida profesional de Toni, en cambio, fue tan colorida como sus cuadros. «He tenido mil profesiones, he sido carpintero, chófer, mayordomo, he trabajado en un supermercado y he tenido una tienda. Soy profesor de todo y de nada».
Esto, a su vez, se refleja ahora en su arte. «Todo lo que he hecho en la vida me ha formado, los colores salen de mi interior». Sobre todo, los rojos y los amarillos están entre sus favoritos, las personas entre sus motivos preferidos.
me encantan las descripciones y me encanta la pagina, enhorabuena Cristina y Marcos
muchas gracias!